Un delirio de detalles_
Comenzando por tus ojos, anteriormente no me había dado cuenta que era tan expresivos, cuando pestañeas rápido y concentrado, cuando fijas tu atención en lo que dicen, cuando te interesa lo que escuchas, cuando lo haces sin prestar atención o por que no te queda otra que escuchar, cuando me miran fijamente aunque sea por unos segundos, en ese momento soy capaz de darme cuenta que todas tus miradas son iguales, pero todas al mismo tiempo diferentes. Tus ojos claros, dorados, siempre fijos en algo, podría hacer una lista detallada de las cosas y las personas a las que ves, por que sin darme cuenta fui prestándote un poquito mas de atención. Y aunque no se si esto sea verdad, estoy segura, que cuando tu me miras, tu mirada es calida y protectora, y puede que sea mi imaginación, producto de alguna que otra ilusión de mi tonto corazón, aun así, es imposible de que se borre de mis recuerdos. Puedo notar que cuando sonríes, tu nariz se levanta un poco mas que las demás, sin embargo, queda bien con el contorno de tu rostro, no es grande ni chiquita, y esta bien ubicada, justo en el centro de tu cara. Las sonrisas de cada mañana, alegres, divertidas, agradables y confortables, la mayoría de las veces sonríes de felicidad, no hay muchas de falsedad, ni de esas que uno finge para hacer creer a los demás que uno esta bien, y cuando estas muy feliz empiezas a reír, ríes tanto que perdí la cuenta mientras sonreía al verte así. Tus labios, ni muy finos, ni muy gruesos, por así decirlo están en el medio, largos y bien marcados, no son de mi preferencia para besar, pero si son los del tipo que prefiero a la hora de hablar y confiar, porque sin darme cuenta, estas pequeñas cualidades tuyas hicieron que confiara en ti, sin importar si mis ojos están cerrados o si mis labios están sellados o si no respirar, se que tu estas ahí para mi…
Avussthina Freud.